El Hispania, no el velero clásico de la clase 15M, sino aquel maxi de la Comisión Naval de Regatas de la Armada que durante casi una década fue el santo y seña en la base de Porto Pi, ha acabado de la peor de las formas posibles, desballestado entre olas en aguas de la isla de La Palma. Aquel barco tuvo como alma mater a Marcial Sánchez-Barcáiztegui, y su primer patrón fue Juan Carlos Rodríguez-Toubes, 30 años después ha llegado definitivamente a su fin.
Hacía tiempo que se le había perdido la pista, hasta que se la vuelto a encontrar, pero para verlo de una forma totalmente lamentable.
El maxi de 80 pies, que ya no pertenecía a la Comisión Naval de Regatas, se encontraba abandonado desde hace tiempo en Tazacorte, tal y como cuenta Marcelo González y como se puede comprobar en la secuencia fotográfica de Pedro Martín.
El Hispania fue concebido en el año 1987 por la Armada Española cuando mandó el diseño y construcción de un maxi IOR para poder competir en el circuito ICAYA. Para ello se encargó un diseño exclusivo de 80 pies de eslora al neozelandés Bruce Farr, el diseñador de moda de la época. Además de circuito de maxis, el Hispania era uno de los barcos que daban poderío a la Copa del Rey, y en el que navegó la Reina Sofía. Era la época dorada de la Comisión Naval de Regatas, de la que saldrían grandes regatistas de crucero en España.
Pero antes de debutar en el circuito ICAYA, el Hispania participó en La Ruta del Descubrimiento en el año 1988. Ya en ICAYA en regatas en Palma, Porto Cervo o Saint-Tropez se las vería con barcos tan míticos como Il Moro de Venezia, Longobarda, Emeraude, Drumbeat o Kialova V.
Se trataba de un barco carísimo de mantener y la Comisión Naval de Regatas tuvo que deshacerse de él, las últimas referencias eran de hace ocho años cuando es que se encontraba en Dubai con bandera inglesa; y ahora ha llegado a su fin en aguas de Canarias, primero en Marina San Miguel y últimamente se encontraba en el antepuerto de Tazacorte hasta su final definitivo, abandonado y dejado a la merced de las olas.


Siempre es triste ver cómo se pierde un barco, pero ver acabar un barco que en su día fue majestuoso como si fuera un barco de papel, la pena es mucho mayor.
Llevaba años en el antepuerto de tazacorte. Ha sido varias veces remolcado ya que su dueño lo ha dejado a son de mar en un fondeo minusculo que cada marejada lo pone embarrancado. Un triste final para este buque insignia…