Esta es de estas noticias que cuando te las dan no te las quieres creer. Santi Monjo nos ha dejado este viernes a los 65 años. De repente, sin avisar, sin saber muy bien porque. Se nos ha ido un gran regatista y una persona excepcional. Siempre tenía una sonrisa en la cara, y si en una cena había que cantar, se cantaba; y si había que reír, se reía y si había que llorar, se lloraba…Se ha ido cuando nadie, ni él mismo contaba en hacerlo. Pero lo ha hecho en el lugar que más le gustaba, a bordo de un barco y en el mar.

Santi salió a navegar como tantos viernes a la hora de la comida, lo hizo con su catamarán Clase A desde el Barcelona International Sailing Center, donde hay una flota de estos barcos. Tenía previsto salir, dar unos bordos, llenarse de sal y después de pasarlo bien, volver para casa.

Lo hizo como siempre, pero al cabo de un rato desde el BISC se dieron cuenta que había un barco junto al espigón, rápidamente el personal se movilizó y se encontraron a Santi encima del trampolín del catamarán inconsciente y ya sin vida, todo apunta a que tuvo algún tipo de desfallecimiento y no pudo dar aviso a nadie.

Santi Monjo (d) junto a su mujer, Pilar, y el campeón olímpico Roberto Molina con el trofeo de ganador de la Copa del Rey Mapfre con Estrella Damm. Foto: Jesús DYañez/dymag.es

Santi Monjo era un enamorado del mar y de las regatas, fue olímpico en Seúl 88 en la clase Soling formando equipo con Toño Gorostegui y José Manuel Valadés, y luego hizo la preparación olímpica en la clase Tornado de cara a Sydney 2000, donde formó pareja con Carlos Morales, no faltaba en su época de vela olímpica al Sofía en Mallorca o a la Christmas Race en Palamós. También era una clásico en las regatas de Barcelona -ciudad en la que vivía- y de Palma -ciudad en la que nació-, precisamente en esta última Copa del Rey Mapfre tuve la suerte de compartir muchos momentos con él en el Estrella Damm. Armador en otras ocasiones con su Comet41S Power Plate y Rmotion, era fiel a sus amigos y le gustaba navegar con sus ellos en todos barcos que él armaba, la lista sería interminable, pero le han acompañado en sus tripulaciones de combinación perfecta entre canarios, catalanes y él, balear. Ahí están sus inseparables Luis Martínez Doreste, Ricardo Terrades, Roberto Molina, Carlos Santacreu, Aleix Gelabert, Toni Rivas, Gustavo Martínez Doreste, Tunte Cantero…

Toño Gorostegui, medalla de plata en Montreal 76, se mostraba impactado por la noticia: «Hicimos una preparación olímpica juntos y esto evidentemente une mucho. Al final es como si formaramos parte de una misma familia. Lo siento muchísimo».

Como me comentaba otro gran amigo suyo, Jesús Turró: «Hay que aprovechar cada momento de la vida, y es que en un segundo, se puede acabar todo. Es muy duro».

A los que le hemos conocido, y somos muchísimos en el mundo de la vela, le vamos a echar de mucho de menos, es de los que nunca fallaba, siempre estaba ahí, pero se nos ha ido muy pronto, demasiado pronto.

¡Descansa en paz, Santi!

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