El suroeste asiático es una de las zonas del mundo más castigadas por fenómenos naturales como pueden ser los terremotos y los tsunamis. Desde aquí nos pilla muy lejos ya no solo físicamente, sino también humanamente.

A lo mejor estamos demasiado acostumbrados a ver y leer noticias relacionadas con catástrofes y más si son en el mal llamado tercer mundo. También es cierto que en estos países la capacidad de reacción económica y gubernamental es más lejana. No es lo mismo un huracán en Estados Unidos, que un tsunami en Indonesia.

El hecho es que la solidaridad de la sociedad occidental es más bien limitada, y ayudar sobre el terreno no es nada fácil. Llegar hasta ahí es complicado, pero si por distintas causas te encuentras por la zona, el poder ayudar es un tema personal, pero también humano.

Esto es lo que han vivido dos regatistas, que sin conocerse han colaborado de forma desinteresada y altruista a ayudar a una población desolada, ya no solo en cuanto a destrucción de edificios y carreteras, sino también anímicamente por la pérdida de sus casas y en muchos de los casos de seres queridos. Es el caso de Jordi Xammar y Álvaro Cuadrado. Ellos han estado en momentos y sitios distintos, pero con un mismo objetivo: Ayudar.

Presentación #MovingIndonesia from Swing28 on Vimeo.

Jordi Xammar, regatista olímpico en Río 2016 en la clase 470, se encontraba de vacaciones en septiembre con su novia y el también olímpico en RS:X Iván Pastor en Bali, zona próxima al epicentro, y no dudó en alargar su estancia diez días para ayudar no a la reconstrucción, sino a propia la supervivencia de los afectados. Voló solo de Makassar a Palu, lugar que sufrió un 7,5 sobre la escala de Richter.

“Estaba surfeando olas cuando ocurrió todo. En Bali no se notó nada, pero estando allí no podía irme, iba camino del aeropuerto, pero me volví al hotel, y me acosté pensando en los niños que se habían quedado solos. Decidí quedarme y viajar al sitio del desastre para ayudar”. “Fui con dos maletas, una con ropa y la otra la vacié y la llené de botellas de agua, ya que leí que era una primera necesidad”. En comunicación con Xammar reconoce desde el Palu que “esto es muy duro, pero estoy muy feliz”.

Álvaro Cuadrado, tripulante del Adrián Hoteles con el que compitió en la Copa del Rey Mapfre, estuvo tras la regata de vacaciones en Bali y le cogió de cerca el terremoto en Lombok. Cuadrado tampoco lo dudó y estuvo ayudando también sobre el terreno a los miles de afectados por el terremoto de agosto. A través de su compañía Square Ventures abrió un crowfounding de ayuda a los afectados con el lema “Seamos el cambio que queremos ver en el mundo”. Cuadrado se encargó de formar un equipo entre los habitantes con el fin de poder trabajar para la población, al igual que luego Xammar durmiendo junto a la intemperie junto a las familias y personas que lo han perdido todo.

“En mitad del drama, donde la muerte estaba muy presente, tuve la oportunidad de poder atender a un recién nacido y a su madre. La vida sigue y solo nos queda sonreír y seguir hacia delante”.

Álvaro Cuadrado con un recién nacido pocas horas después del seísmo.

La solidaridad habitualmente no tiene nombres propios, pero en este caso dos regatistas de alto nivel no han dudado en dejarlo todo por unos días y dedicarse a los que realmente lo necesitan.

El nivel de la tragedia ha sido brutal, con más de medio millar de muertos, pero dentro del desastre han coincidido que lo que más les ha conmocionado han sido los niños.

 

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