Louis W Triay
Louis W. Triay fue un apasionado de la vela. Foto: Campo de Gibraltar Siglo XXI

Louis W. Triay (Gibraltar 1929-2023), mítico armador del Swan 46 ‘Trumpeter of the Rock’ nos ha dejado a los 94 años de edad. De madre española y de padre gibraltareño, Triay ha sido uno de los armadores clásicos en las regatas del Campo de Gibraltar, la Costa del Sol y la Bahía de Cádiz.

Su pasión por la vela le llevó a ser presidente del Comité Olímpico de Gibraltar y apasionado regatista. Se inició en la navegación a vela a los 15 años. Lo hizo en un ‘Victory’1, embarcación de Willie Picconeque, que siempre navegó bajo la grímpola del Royal Gibraltar Yacht Club.

Louis Triay, hasta su fallecimiento, ha sido socio de honor del Real Club Marítimo de Sotogrande, del que fue miembro de la Junta Directiva entre 2008 y 2015. Contribuyó de manera decisiva al desarrollo del club durante años muy difíciles y fue un ejemplo y fuente de inspiración.

Louis Triay no ha dejado de navegar desde entonces y sus travesías le han llevado a ganar, entre otras competiciones, varios campeonatos de España junto a Gonzalo Fernández de Córdova y Larios, Duque de Arión; dos campeonatos del mundo y dos europeos.

En regatas como la Copa Sotogrande o la Semana Náutica de El Puerto de Santa Maria, entre muchas otras, su ‘Trumpeter of the Rock’, un Swan 46 transformado en un barco de regatas, con doce tripulantes a bordo, y ha sido siempre un referente en las regatas de crucero andaluzas.

El ‘Trumpeter’ le reportó numerosas victorias, como un segundo puesto en los 1 Barco de vela para tres tripulantes en el que la táctica prevalece sobre la velocidad. Es un yate clásico de madera. Con el Trumpeter, fue Campeón del Mundo en Italia y ganador del Catavinos de Oro en el Puerto de Santa María (Cádiz) en 2009 en la categoría RI-2 .

En su dilatada trayectoria profesional como abogado en Gibraltar, Triay fue reconocido con el récord Guinness mundial a la carrera profesional más larga de la historia con 71 años de ejercicio.

Por encima de sus logros profesionales, como rezaba el comunicado del RCM Sotograndes: «Hemos perdido a una persona sencilla, noble, bondadosa, siempre con la palabra agradable, con exquisita educación y gran sentido del humor y, sobre todo, un gran señor que ha dejado una huella imborrable».

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