Hace pocos días nos dejó Paco Ontiveros. Para muchos, quizás un nombre desconocido, pero para otros tantos y también para mí, un entusiasta, un emprendedor, un amante de la mar y de la vela, pero por encima de todo una buena persona.
A principios de los años 70 llegó a Palamós junto con Luis Ulher para cumplir un encargo del presidente de la Federación Española de Vela Miguel Company.
El encargo era el de organizar la Escuela Nacional de la RFEV en Palamós. El Centro de Entrenamiento que después se llamó: ‘laboratorio de campeones’.
Se adaptó un edificio y unas oficinas, el Club Nàutic Costa Brava facilitó la explanada y sus instalaciones.
Y llegaron después unos jóvenes que se llamaban: Paul Maes, José María Benavides, Alejandro Abascal, Antonio Gorostegui, Jesús Turró, Manolo Pazos, Manel Predreira, Piti Millet, Josele Doreste, Joaquin Blanco…¿Van sonando los nombres verdad?
Pues ellos, junto con Paco fueron la base de varias generaciones de campeones que tantos y tantos triunfos han dado a la vela española.
En la Escuela Nacional de Vela de Palamós, con la dirección de Paco, se organizaron concentraciones y entrenamientos e importantes Campeonatos y Regatas Internacionales. Mundial Juvenil de la “IYRU” (1974), Mundial de FD (1976), de Tablas, Finn Gold Cup (1977) entre otras. Y la Christmas Race, que sigue disputándose y este año celebrara su edición 45. ¡Ahí es nada!
Pronto y gracias a todo este trabajo, Palamós conoció el deporte de la vela y también se situó en el mapa internacional de este deporte.
Un puñado de chavales de 14 años que navegábamos por el club náutico, yo entre ellos, tuvimos el privilegio de ser testigos de todo lo que pasó en aquellos años, de ayudar y colaborar y de aprender de lo que vimos y vivimos.
Paco siempre contaba con nosotros, para fondear una boya, para el salvamento, para el barco del Comité, para llevar la zodiac…cuando en verano, la escuela del club se llenaba de cursillistas, nos dejaba las embarcaciones “Carabelle” de la “Fede” para poder sacar al agua todos los que querían aprender a navegar.
Paco era, con todo el mundo muy cercano, atento y con permanentes ganas de ayudar.
Y conoció a Carmen, una chica de Palamós que en casa de mis padres llamaban “la Nena” porque era como una hija para mi familia.
Paco y Carmen tuvieron tres hijos: Frank, Anna y Carmina. Viven a pocos metros de mi casa. Desde su balcón, Paco no se cansaba de ver su querido mar y de saludar a todos los vecinos y amigos que pasaban por la calle y rodeado permanentemente de su familia a la que adoraba.
Paco Ontiveros forma parte de la historia de la vela. Buenos vientos, buena singladura y hasta siempre.
Joan Sarquella i Ventura
Club Nàutic Costa Brava-Vela Palamós