Los navegantes vigueses Javier Montenegro e Iván Arijón han vivido una historia sin precedentes a finales de la semana pasada, después que tuvieran que buscar abrigo con su velero Lady Maia en el puerto de Figueira da Foz (Portugal) debido a un fuerte temporal. Las autoridades lusas pero, argumentan que el puerto estaba cerrado y por tanto infringieron la ley.

La Autoridad Marítima de Nacional de Portugal impuso por este motivo a Montenegro y Arijón una multa de 2.800 euros que finalmente se quedó en 1.100 y retuvieron el barco hasta que no hicieran efectivo el pago de la sanción. Montenegro y Arijón argumentaron que además del temporal tenían dañado un timón. Según derecho internacional los puertos están obligados en dar refugio a los barcos en momentos de peligro, como fue ser el caso en el que se encontró el Lady Maia, pero en Portugal no lo entendieron así.

Después de estar cinco días retenidos en el puerto portugués, Montegro y Arijón decidieron pagar la multa de 1.100 euros y poder así desencallar la situación y proseguir su navegación hacia Vigo.

Javier Montenegro relataba así el final de su odisea en su cuenta de facebook, y en la que para poder salir, y sin estar de acuerdo, les ‘obligaron’ a firmar un documento inculpatorio: “Después de 2 horas hablando con el capitán y la policía expuse nuestro problema en la navegación correctamente cabizbajo explicando mi vida desde pequeñito y la poca o mucha experiencia que tengo en el mar. El capitán correcto siempre, con muy buenas palabras, me hace rebajas y rebajas en la tasa…hasta llegar el punto de que si pagó 1.100 € me puedo ir. Eso sí, de mi puño y letra tengo que escribir y redactar que fue una negligencia total por mi parte entrar en un puerto con la barrera cerrada. Juegan con el honor de la persona, es una situación muy difícil porque estoy al 100% seguro de que obramos bien. Esos 1.100 € no puedo recurrir absolutamente nada porque de mi puño y letra quedaría firmado el escrito de que acepto la sanción y me la merezco. La reunión fue con dos policías y un capitán. Yo e Iván Arijón nos vemos solos, no tenemos apoyo legal y cualquier cosa que suene fuera del oportuno se puede utilizar en contra nuestra…no es pagar 1.100 €, es aceptar un error inteligencia total por mi parte de la entrada a buscar refugio en Puerto. Ellos alegan que llamaron emisora, nunca llamada individual, y que llamaron a un número de teléfono que le dieron en Madrid que ni es mío ni es de Iván será del anterior dueño del barco”.

Y recalcó que “Es una situación muy difícil, es aceptar un delito que no he cometido. Pagaremos para llegar a casa”, concluyó desolado en su escrito en redes sociales el patrón del Lady Maia.

Una vez ya en Vigo, Montenegro y Arijón no quieren que esto quede aquí y piensan tomar todas las acciones legales para recuperar su dinero, su honor, y para que esto no vuelva a ocurrir a ningún otro navegante que se encuentre en su misma situación.

Han anunciado que piensan denunciar al capitán, agentes y demás personal por retención, extorsión y coacción; y que el papel firmado no vale ya que no contiene ni la letra ni la firma de los afectados.

Parece imposible que esto ocurra en el siglo XXI entre dos países vecinos, amigos, pertenecientes a la Unión Europea y de los que dicen llamarse del primer mundo.

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