Justo una semana después de que Team New Zealand ganara la 35 America’s Cup, la mítica Jarra de las Cien Guineas ya está en Auckland, la ciudad de las velas. 14 años son los que ha tardado el equipo neozelandés en recuperar la Copa América, y me da la impresión que va a costar arrebatársela de nuevo. El jueves día 6 de julio aterrizaba de nuevo, como no a bordo de un vuelo de Emirates, eso sí, tras hacer escala en Abu Dhabi.
Como todo en la vida son ciclos, y el deporte no está exento de ellos. Nueva Zelanda ha recuperado el trofeo más preciado y más antiguo, el aguamanil de plata con el que el campeón de la America’s Cup se convierte en su defensor, el denominado todopoderoso Defender.
Si en el año 2003 el Team New Zealand perdió la America’s Cup fue entre otras cosas porque, en aquella ocasión el suizo Alinghi se llevó a su núcleo duro, entre ellos Russell Coutts, Brad Butterworth o Murray Jones. Fue un golpe tremendo en el corazón de un país que vive por y para la vela.
Al poco tiempo se rompía el binomio Coutts-Butterworth y uno se iba a Oracle, tras la 32 America’s Cup de Valencia, y otro permanecía en Alinghi, siendo el final del equipo helvético la 33 America’s Cup express.
Mientras tanto Grant Dalton fue capaz de mantener un equipo compacto con Dean Barker como líder natural en el agua, hasta la estrepitosa derrota en la 34 America’s Cup de San Francisco en el año 2014, en la que los americanos remontaron de una forma milagrosamente incomprensible. Barker fue reemplazado y pasó a ser aliado de Coutts, poniéndose al frente del SoftBank Team Japan, desafío que compartió información con Oracle Team USA.
En estos últimos tres años Nueva Zelanda ha seguido en su línea, con presupuestos mucho más ajustados que sus rivales, pero haciendo las cosas muy bien, porque no reconocerlo. También le podía haber salido muy mal, ya que fueron una vez más los tecnológicamente más revolucionarios, pero les salió.
En esta edición, Dalton traspasó los poderes siendo su brazo ejecutor a bordo del barco a Glenn Asbhy y apostaron por un joven valor de la vela neozelandesa, Peter Burling que llegaba a Bermuda después de haber sido junto a su compañero Blair Tuke, los grandes dominadores del 49er en el ciclo olímpico de Río 2016. Además perdonó la infidelidad a Murray Jones y haber mantenido como entrenadores a dos de los más grandes, Ray Davies y Rod Davis. La lista sería interminable, ya que todo el mundo tiene su valor y ha aportado su granito de arena en esta gran victoria, entre ellos los españoles Luis Saenz y Roger Frigola.
Me da la impresión que a partir de ahora arrebatarle la America’s Cup a Nueva Zelanda no será tarea fácil, pero también parecía casi un imposible hacerlo a Oracle Team USA, el equipo presupuestariamente más poderoso, a no ser que hubiera otro que a base de fe y tesón, lo consiguiera. Y este no podía ser otro que Team New Zealand.
Empieza una nueva era, de eso no hay duda.