El Mediterráneo se ha convertido en una tortura china para los barcos de The Ocean Race. Los flojos vientos que soplan esta semana han atrapado a la flota camino de Génova.
El WindWhisper polaco es el único que parece que llegará el primero. A última hora del domingo estaba a menos de 150 millas de la llegada en aguas de la Liguria. El resto junto a la costa de Catalunya, a más de 300 millas de Génova, luchando por escapar.
A última hora de la noche del viernes, el patrón Benjamin Schwartz llevó al Holcim hasta la costa de Argelia en busca de un viento nocturno que viniera desde el continente africano. Mientras tanto, el Biotherm y el Team Malizia decidieron permanecer en aguas europeas mientras se abrían camino hacia la costa española. “Bueno, no esperábamos que nuestros dos colegas eligieran una ruta diferente a la nuestra. Ellos van por la costa española mientras que nosotros hemos decidido ir a Argelia. No sé qué vieron que no hemos visto nosotros; de todos modos ahora no tenemos otra opción”.
Al final resultó que la posibilidad de que se creara una gran división en la flota no resultó demasiado peligrosa. El Holcim rebotó contra la costa argelina, viró hacia España y volvió a converger por delante de sus rivales. Annemieke Bes comentó: “Al final, estamos contentos con la estrategia. Estábamos estresados porque había una gran separación lateral. De todos modos, fue bueno intentar atrapar los vientos térmicos un poco antes”.
Si bien no es algo tan extremo como la escapada del WindWhisper Racing Team al frente de los VO65, hay similitudes en la forma en la que los líderes de ambas flotas han trazado su propia ruta hacia el este.
Pero como explicó el navegante del Windwhisper, Aksel Magdahl, no parecía que tuvieran otra opción en ese momento. “Navegamos hacia el este, hacia la costa de Argelia, y hubo una gran división. Pasamos por el este de Mallorca y los otros barcos pasaron por el oeste. Pensamos que si nos hubiéramos quedado en el oeste nos habríamos quedado sin viento y nos habrían alcanzado. Sentí que no había otra opción que ir al este, pese a que era incómodo hacerlo”.
El pelotón que se quedó cerca de la costa española se acercó tanto a Alicante que es posible que alguno se preguntara si la regata terminaría en el mismo lugar del que salió hace seis meses. Pero no, la lenta romería de los barcos dejó por babor la sede central de The Ocean Race y siguió remontando la costa española, pasando por Barcelona hacia el sur de Francia.
La situación no es sencilla, ni siquiera para un veterano como Roberto ‘Chuny’ Bermúdez de Castro, patrón del VO65 Mirpuri/Trifork Racing Team. “Navegando con este período de olas cortas en el Mediterráneo el barco salta demasiado, pero tenemos una gran lucha con los mexicanos, los austriacos y la flota de los IMOCA, de ceñida y virando constantemente. Es interesante ver la opción de ir más al este que escogió el WindWhisper, por fuera de las Baleares. Será interesante ver lo que pasa. El clima va a seguir siendo muy difícil hasta llegar a Génova. El Mediterráneo siempre es complicado, pero esta vez incluso más de lo habitual”.
Con la previsión de vientos flojos y variables en la ruta hacia Génova, la previsión de las llegadas todavía tiene un alto grado de incertidumbre. Pero se espera que el WindWhisper llegue el lunes y el resto de barcos el martes.