La crisis del coronavirus ha provocado que muchos navegantes, que se encuentran con sus barcos en distintos puntos del planeta, se hayan quedado de la noche a la mañana a miles de kilómetros de sus casas y sin posibilidad de volver. Este es el caso de dos regatistas españoles, el mallorquín Pedro Perelló, en su día armador del Siemens y el sevillano Juan Luis Serra, que fuera patrón del barco clásico Lady Anne.
Tenían previsto a dar durante la vuelta al mundo en proyectos que les ocuparían los próximos dos o tres años, pero con objetivos bien distintos. Mientras Perelló lo había iniciado con el Spindrift (mismo nombre que el maxi trimarán de Dona Bertarelli), un velero de 64 pies que se encuentra en Bahamas, fondeado cerca de la costa de Exumas, y sin posibilidad de volver a puerto. Perelló había decidido dar la vuelta al mundo por placer durante los próximos tres años. El caso de Serra es bien distinto, se encuentra aislado en Cartagena de Indias donde llegó con su barco, el Ocean Phoenix de 77 pies, y donde esperaba la llegada de unos clientes que le habían charteado el barco, con patrón, marinero y cocinero para circunnavegar el planeta durante el próximo año.
Pedro Perelló fue uno de los armadores de moda a principios de esta década, además del Siemens –que ganó dos Copas del Rey– creó el proyecto Ayre, primero para competir en la America’s Cup y después una Volvo Ocean Race, que finalmente no cuajaron. Dar la vuelta al mundo era uno de sus sueños: “Cuando se me mete una cosa en la cabeza no hay quién me la quite, y me propuse dar una vuelta al mundo, conseguí el barco y después de salir del Puerto de Andratx, ahora me encuentro en Bahamas en este parón obligado”. Y en una situación de sentirse en tierra de nadie: “Estoy en Great Exuma, conseguí repostar la semana pasada, creo que fui de los últimos, ya que ahora estoy fondeado sin poder ir ningún sitio. Es cuestión de paciencia y esperar que el mundo vuelva a arrancar. Es una locura, no puedes cambiar de isla porque no te reciben en ningún otro sitio, es una sensación como que somos recibido como si llegáramos con una patera. No somos bienvenidos en ningún sitio, seas del país que seas”.
Juanlu Serra ha cruzado muchas veces el Atlántico. Este año tenía contratada una vuelta al mundo y estuvo preparando su barco en el Club de Mar de Mallorca para cumplir el que también era su sueño y que tenía prevista su salida el 1 de abril de Cartagena de Indias: “Llegamos a Colombia pocos días antes de que estallara todo, y al llegar aquí ya no nos dejaron poner el barco en el agua, los clientes ya no tenían vuelo para venir. Y aquí estamos en el astillero, tampoco podemos volver a España porque no nos dio tiempo a coger el último avión de repatriación” y duda que “si nos hubiese cogido con el barco en el agua no se si hubiera sido mejor o peor. Se de algunos casos que no pueden ir a ningún país que les acepte”.
Tanto Serra como Perelló tienen claro que “vamos a retrasar un año la vuelta al mundo. Tenemos un problema de los ciclones en el Caribe y en el Pacífico. No nos dará tiempo para volver al Mediterráneo para hacer la temporada y sin saber que vamos a hacer porque no sabemos cuando podremos movernos”.
Serra y sus dos tripulantes viven en el barco: “Estábamos en una casa, pero preferimos volver al barco, el astillero es muy seguro. En Colombia han restringido las salidas mucho más que en España. Está todo muy controlado”.
El andaluz dice tener “muchas ganas de que acabe esto y de saber que pasará en los próximos meses. La opción es quedarnos por Panamá y Colombia con clientes que puedan venir. Ocean Phoenix tiene que hacer chárter para poder mantenerse, verano en Mediterráneo e invierno en el Caribe”.
Sobre su actual situación cuenta que “ha sido una vuelta atrás, económica, de preparación. El barco está totalmente equipado, hemos hecho una inversión tremenda, y este cambio de planes es una historia porque tenemos que seguir con nuestros pagos a bancos y demás. Ocean Phoenix no puede parar, es nuestro trabajo. Esta vuelta al mundo era el doctorado, tanto para Ocean Phoenix como para mí”.
Lo de volver a España tampoco lo tiene demasiado claro: “Estamos lejos, tampoco quería dejar el barco solo. Nos hemos sentido un poco inseguros. En Colombia cuando se cerró empezaron los disturbios, asaltos a los supermercados y me daba miedo dejar el barco. Estamos en Cartagena y tampoco tenemos muchas formas de viajar a Bogotá. La opción es esperar”. Perelló tampoco tiene muy claro si volver o no: “mientras no nos pille la época de huracanes Bahamas es una zona muy segura y los fondeos son muy buenos. Pero me estoy planteando qué hacer, incluso el volver a Europa y posponer un año la itinerancia. Hay que esperar unas semanas. Podría ir a Guadalupe que es provincia francesa, pero aún con bandera europea te admiten entrar y ser la alternativa”.
Perelló reconoce aunque está solo en el barco “la gente de mar siempre se ha ayudado, pero en circunstancias así lo notas mucho más. Tenemos una emisora de radio, y nos ayudamos unos a los otros”. Lo que también le preocupa es que “las autoridades de Bahamas están intentando que nos vayamos porque no tienen infraestructura y el presidente del país sacó un bando de que no nos podíamos mover y que incluso no nos podría ofrecer asistencia médica”.
Dos vueltas al mundo distintas y que al final se han visto abortadas de un día para otro. La vuelta al planeta por mar tendrá que esperar.