Tempus fugit. Esta locución latina, demuestra que los clásicos están presentes siempre y que las personas pasamos, y más rápido de lo que nos podemos imaginar.
La noche del jueves día 30 de enero de 2025 nos dejaba Macarena Lainez, periodista náutica de los pies a la cabeza, que vivía y sentía la vela en sus venas. Y es que Maca era una clásica del periodismo náutico, había pasado por todos los rangos, y de la misma forma que te hacía una nota de prensa, que te escribía un artículo, que te coordinaba una revista en un abrir y cerrar de ojos. Era una auténtica máquina de trabajar, porque además amaba lo que hacía.
Conocí a Maca en los años 90, cuando me incorporé como jefe de prensa de la Real Federación Española de Vela. Ella trabajaba en Curt Ediciones, en Skipper, la revista de referencia de la náutica en España, luego se encargó también de la revista REGATA y pasó también por por Neumáticas e incluso por Pesca a Bordo. Enric Curt fue, sin duda, su gran mentor y su editorial paso casi obligado para una gran mayoría de periodistas náuticos.
Montó junto a su intima amiga María Wandosell Este-Oeste Comunicación, donde se encargaron de llevar algunos equipos de regatas, pero volvieron pronto al mundo editorial, María se fue a Motorpress-Ibérica y Macarena, tras un breve paso por Bitácora, se incorporó a Grupo V para llevar las revistas Barcos a Motor y Vela.
En este impas, y cuando yo salí por primera vez de la federación, ella me abrió las puertas de Pedro Perelló para ser jefe de prensa del Siemens, fue quien me consiguió mi primer cliente. Vivió en Barcelona, en el Maresme, en Mallorca…hasta que volvió a casa, a sus orígenes, a Chiclana de la Frontera. Ella era muy gaditana. Yo por circunstancias de la vida, acabé en Jerez de la Frontera, cerca, seguíamos en contacto, pero nos veíamos poco. Sobre todo cuando coincidíamos en El Puerto de Santa María, donde también tenía a su amiga Mara Escassi o en Cádiz, siempre con motivo de algún evento.
Hace apenas tres meses me llamó por si le podía echar una mano con The Best. No estaba bien, pero no lo decía. Y yo no lo dudé ni un segundo. Luego hablamos de las competiciones que seguía para la Federación, de la Christmas, hablamos de futuro, su intención de ir al pre-Sofía a Mallorca para empezar a poner en marcha la maquinaria de comunicación del equipo olímpico…
Era una persona vitalista, su marido Jordi Domenech ‘Peque’ quien fue su gran compañero en esta vida. Me hablaba ilusionada de los preparativos de la boda de Carlota para después del verano, de los estudios de Yago, de lo orgullosa que estaba de tus hijos, de mil cosas que no eran solo de trabajo. Era muy familiar, siempre pendiente de su padre, su marido, sus hijos, sus hermanos y hermanas…
Su espiritualidad le mantuvo con la ilusión y la fuera de seguir luchando por vivir en esta tierra, con resignación sabía que esto se acababa, pero también se fue con el convencimiento de que luego vendría otra mejor.
Ya no estás aquí, pero estoy seguro que desde arriba estarás cuidando de Peque, y como siempre decías…“de mis niños”.
La sonrisa de Maca siempre permanecerá eterna.
DEP Maca