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Las Fiestas Navideñas sirven, entre otras cosas, para hacer acto de contrición del año que acaba y esperar lo mejor del año que empieza. Independientemente del fin religioso, quien más quien menos, quiere volver a la normalidad, a la cotidianidad a veces tan necesaria.
Venimos en un año plagado de grandes eventos, la coincidencia de los Juegos Olímpicos, la Copa América y la Vendée Globe hacen que haya sido un año excepcional. En cambio este 2025 llega aparentemente mucho más tranquilo. Empieza el ciclo olímpico de cara a Los Ángeles 2028 donde seguro que veremos caras nuevas e ilusiones renovadas.
En cuanto a grandes eventos, este año poquitos, a excepción de las regatas y los circuitos fijos de todas las temporadas como pueden ser las 52 Super Series o la 44Cup, y que por cierto, contará con sedes españolas, pero sin equipos españoles, a excepción de SailGP, que este año sus promotores tendrán que espabilar y adquirir la franquicia si no quieren acabar despidiéndose.
Es una pena porque los equipos quieren navegar en España. Aquí hay grandes regatistas, el caso es que se los rifan en muchos equipos extranjeros, pero en España ningún armador ni patrocinador apuestan por ellos y el hecho de que Barcelona haya haya dicho que no a la Copa América, que había sido el gran escaparate y había dado cientos de puestos de trabajo.
En lugar de evolucionar hemos vuelto a involucionar.