El Botin 52, Ichi Ban -antiguo Azzurra- ha vuelto a ganar la Sydney Hobart.

A lo largo de los últimos tres cuartos de siglo, la Rolex Sydney Hobart ha ido labrándose la condición de icono en el mundo de la vela. Nacida en 1945, este año ha celebrado su 75ª edición reuniendo a 157 barcos atraídos por el desafío único de enfrentarse al legendario recorrido de 628 millas entre Sydney y Hobart. El potente TP52 Ichi Ban, diseñado por Marcelino Botín y construido en el astillero Longitud O de Burriana (Castellón), ha hecho historia al sumar su segunda victoria absoluta en tres años, un hito sin precedentes en el último medio siglo de la prueba oceánica de referencia en el Hemisferio Sur.

La victoria de Ichi Ban reafirma la leyenda de la Rolex Sydney Hobart y permite al barco armado y patroneado por Matt Allen pasar a formar parte de un selecto grupo de elegidos con más de un título en su haber y alzar la Tattersall Cup como campeón absoluto por segunda vez en tres años. Hay que remontarse a 1965, cuando Freya firmaba su tercer título consecutivo, para encontrar una hazaña similar a la conseguida por Ichi Ban. El potente TP52, creado específicamente para afrontar el recorrido entre Sydney y Hobart, se proclamó campeón tras finalizar undécimo en tiempo real y lograr el mejor registro en compensado bajo fórmula IRC.

Celebrada cada año bajo la organización del Cruising Yacht of Australia (CYCA) desde su concepción en 1945, la regata está patrocinada por Rolex como parte de una relación de la relojera suiza con la vela que se remonta a la década de 1960. “La 75ª edición de la regata coincide con el 75º aniversario del CYCA”, explica Paul Billingham, comodoro del club australiano. “La salida del 26 de diciembre ha sido la culminación de todo un año de celebraciones. Una vez más, hemos contado con el apoyo del Royal Yacht Club of Tasmania (RYCT) y de Rolex, cuya asociación se remonta a 2002, uno de los patrocinios más longevos del deporte en Australia”.



Tres décadas de compromiso y dedicación
Para Matt Allen, esta victoria es el premio a toda una vida de dedicación. Compitió por primera vez a los 17 años, en 1980, y logró su primera victoria en 1983 como tripulante del Challenge II. Desde entonces, ha invertido una considerable cantidad de tiempo y esfuerzo para asegurarse de mantener los valores iniciados por los fundadores del evento. En 2017 conseguía liberarse con una victoria que era el resultado de una vida de dedicación. La victoria de este año reafirma la dedicación y el esfuerzo de una tripulación comprometida con el ambicioso proyecto de su armador. “Ganar este año, la que es mi trigésima participación y 75ª edición de la Rolex Sydney Hobart, es algo histórico. A lo largo de los años he podido ver la participación de barcos magníficos, pero es la gente la que hace esta regata: los tripulantes, las relaciones de amistad, la competición. Esa es la esencia de esta regata y de la competición oceánica. La prueba está en mejor forma que nunca, y estoy convencido de que sus mejores días todavía están por llegar”.

La previsión meteorológica antes de la salida ya apuntaba a los barcos en el entorno de los 50 pies como favoritos. En una división que incluía una decena de TP52 y participantes como el dos veces ganador Bob Steel con su Quest, la lucha por la victoria fue cualquier cosa menos fácil. Tras un intenso duelo a lo largo de un recorrido que puso a prueba la habilidad de las tripulaciones para negociar varias transiciones y zonas de encalmada, Ichi Ban cruzó la meta apenas 24 minutos por delante de su inmediato competidor, el Gweilo de Matt donald y Chris Towsend.

Hecho en España
Matt Allen decidió apostar por un TP52 para lograr un sueño perseguido durante tres décadas: ganar la Rolex Sydney Hobart. Tras acumular experiencia con su anterior TP52 (el ex-Azurra de 2011, actual Envy Scooters, en el que compitió el gaditano Rafa Trujillo), confió en Marcelino Botín para diseñar un barco a la medida de la regata y en el astillero castellonense Longitud Cero para su construcción. Botado en 2017, se estrenó con victoria en aquella edición de la regata. “Un sueño hecho realidad”, comentaría entonces su armador. En 2018 finalizó quinto. Para su tercera participación, Allen volvió a confiar en una compacta tripulación  liderada por Gordon Maguire (veterano de 19 ediciones) y el experimentado navegante Will Oaxley (18). El resultado: segunda victoria en tres años. “Ganar de nuevo es simplemente increíble”, reconocía en Hobart un emocionado Allen.

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Comanche, el más rápido
El Comanche de Jim Cooney y Samantha Grant fue el más rápido en completar el recorrido, ganando una épica batalla entre cinco supermaxis de 100 pies (30,5 metros) para sumar su segunda victoria en tiempo real, tras la conseguida en 2017, año en el que estableció el actual récord de la prueba. En esta ocasión, la ralentización del ritmo por una transición entre dos frentes en mitad del recorrido impidió la consecución de un nuevo récord y añadió un extra de emoción a la batalla entre los cinco grandes que se resolvió en el tramo final. El equipo australiano volvió a confiar la posición de timonel al cántabro Pablo Arrarte, ganador de tres títulos en cuatro participaciones (2015, 2016 y 2019; en 2018 fue tercero). Segundo, a 45 minutos del campeón, finalizó el InfoTrack de Christian Beck, con los españoles Antonio ‘Ñeti’ Cuervas Mons, Willy Altadill y Carlos Hernández a bordo. Tercero, casi una hora más tarde, el Wild Oats de la familia Oatley, que eligió un año más al español Joan Vila como navegante.

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En la entrega de premios final, la comodoro del RYCT, Tracy Jackson, resumió 75 ediciones en un emotivo discurso: “Desde Rani (primer ganador) hasta Ichi Ban y Comanche; desde el capitán Illingworth (patrón del Rani) a Matt Allen, Jim Cooney y Samantha Grant; desde los nueve participantes de la primera edición, hasta los 157 de esta. Llevamos un largo recorrido, pero la regata continúa fiel a sus orígenes: el espíritu de aventura, el coraje y el desafío”.

El próximo 26 de diciembre, la Rolex Sydney Hobart cumplirá 75 años. En base a los testimonios de organizadores y participantes, su legado y futuro nunca han estado más asegurados.

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27/12/2019 – El Comanche rompe la hegemonía del Wild Oats

El maxi 100 Comanche llegando a la isla de Tasmania. Foto: Carlo Borlenghi

El Comanche de Jim Cooney y Samantha Grant se ha empeñado en romper la hegemonía del Wild Oats XI el gran dominador de la Sydney Hobart en toda su historia con nueve victorias. El Comanche es el  nuevo ganador del Line Honours –primer barco en tiempo real- por tercera vez en los últimos cinco años de esta mítica travesía que este año ha llegado a su 75 edición. Aunque el final fue más lento de lo esperado debido a la caída total del viento. Al final cruzó la línea en Hobart tras 1 día, 18 horas, 30 minutos y 24 segundos.

El barco Conney y Grant, un Verdier de 100 pies, supo sobreponerse a una mala salida, fue el que peor lo hizo entre los grandes, pero una vez fuera de la bahía de Sydney decidió irse más al este que el resto de la flota y eso le sirvió para colocarse en cabeza hasta la misma línea de llegada. No pudo batir su propio récord en recorrer las 628 millas náuticas que separan a las dos ciudades australianas conseguido en 2017 dejándolo en 1 día, 9 horas, 15 minutos y 24 segundos.

El Comanche se ha acostumbrado a ganar cada dos años, lo hizo por primera vez en 2015, lo repitió en el año del récord 2017 y ahora en 2019. En el último lustro solo el Perpetual Loyal de Anthony Bell (2016) consiguió entrometerse entre el Comanche y el Wild Oats.

En esta ocasión la victoria del Comanche ha sido relativamente cómoda, donde solo perdiera provisionalmente el liderato durante unas horas de la primera noche, cuando el Scallywag de David Witt tomara el mando, pero por la mañana el Comanche, con el cántabro Pablo Arrarte en su tripulación, volvía tomar la delantera y abrir una brecha de más de 10 millas sobre el resto de la flota perseguidora formada por el Infotrack, Black Jack, Wild Oats XI y el propio Scallywag, que tuvieron que conformarse en luchar por las otras dos plazas del podio.

El Comanche ha navegado prácticamente durante el 90% de la travesía con una velocidad por encima de los 20 nudos. La bajada desde Sydney fue bastante rápida y sin demasiados incidentes, llegando con las primeras horas del día el primero al Río Derwent –entrada a Hobart- procedente del Mar de Tasmania tras superar la pequeña isla de Betsey. Ya una vez dentro de la bahía y a apenas seis millas para cruzar la línea de llegada el viento cayó de forma drástica, lo que provocó un frenazo considerable que de haber tenido más cerca al resto de maxis, la llegada de buen seguro que hubiera sido más disputada, pero su triunfo nunca peligró, aunque fuera a cámara lenta. El  Infotrack se divisaba por detrás a 10 millas en segunda posición. La lucha fue más cerrada entre el grupo de tres perseguidores.

Participación de seis españoles

El cántabro Pablo Arrarte sido el único español que este año ha tenido el honor de ganar la Sydney Hobart con el Comanche. El catalán Joan Vila ha sido otro de los que en años anteriores consiguió la victoria como navegante del Wild Oats XI, la última en la edición de 2018. Mientras tanto en el Infotrack han navegado el catalán Willy Altadill, el cántabro Ñeti Cuervas-Mons y el canario Carlos Hernández. Y ya en el Envy Scooters, otro clásico en esta regata, el andaluz Rafa Trujillo.

25/12/19 – La Sydney Hobart celebra sus bodas de platino

Los supermaxis como el Comanche, Infotrack y Wild Oats marcarán el camino desde la misma salida.

Si hay una regata mítica en esta fechas navideñas en el verano austral en la otra punta del planeta es la Rolex Sydney Hobart que afronta su 75ª edición exhibiendo poderío: cinco supermaxis de 100 pies competirán entre una impresionante flota de 170 barcos, la más numerosa desde las bodas de oro del evento en 1994. La regata más importante del Hemisferio Sur, de 628 millas náuticas entre las dos ciudades más antiguas de Australia, es una cita imprescindible del calendario de competición oceánica desde 1945.

Desde su estreno en 1945, la Sydney Hobart ha sabido labrarse un estatus de leyenda que ha ido extendiendo su fama e influencia hasta convertirse en una referencia global. Hoy es considerada una de las regatas oceánicas más duras y reconocidas, una aspiración tanto para regatistas profesionales como amateur, y todo un icono del deporte de Australia. La regata está organizada por el Cruising Yacht Club of Australia (CYCA) y el Royal Yacht Club of Tasmania (RYCA), y este año celebra tres cuartos de siglo de historia.

Las 628 millas náuticas se traducen en 1.163 kilómetros, que son el recorrido de la Sydney Hobart constituye un riguroso examen para hombre y máquina. Cada 26 de diciembre despliega su espectáculo en la preciosa bahía de Sídney, con la línea de salida dispuesta sobre un escenario excepcional en el que son fácilmente identificables el Harbour Bridge (desde donde cada 31 de diciembre se realiza un alarde de pirotecnia para recibir el nuevo año) y la Ópera de Sydney. Miles de australianos muestran su respeto a los participantes abarrotando la costa para disfrutar de una de las imágenes más cautivadoras de la vela mundial: los barcos saliendo de la bahía para iniciar su singladura rumbo sur hacia el siempre temido Estrecho de Bass, el tramo de agua que separa la Australia continental de la isla de Tasmania. Aquellos capaces de completar el recorrido son recibidos como héroes en Hobart, la ciudad más meridional del país.

La celebración de esta 75ª edición ha atraído a nada menos que 170 barcos, la participación más numerosa desde el 50º aniversario de 1994, cuando se alcanzó la difícilmente repetible cifra de 371 embarcaciones. Las dimensiones y composición de la flota confirman la popularidad de la navegación oceánica, un desafío que ha ido evolucionando a lo largo de los años pero cuya esencia permanece inalterada. Equipamiento y tecnología nada tienen que ver con los disponibles a bordo de los barcos que participaron en la primera edición de 1945, pero el sentimiento de aventura, especialmente para los equipos menos profesionales, apenas ha variado.

Recorrido de 628 millas que separan la salida desde Sydney hasta la llegada hasta Hobart.

Llamados a liderar la flota desde la salida y luchar por la victoria en tiempo real destacan cinco supermaxis de 100 pies de eslora (30,5 metros). No faltará el barco más laureado de la historia del evento, el Wild Oats XI de la familia Oatley, patroneado una vez más por Mark Richards. Ganador en tiempo real en nueve de sus 14 participaciones desde que fue botado en 2005 (incluyendo la edición 2018), el diseño Reichel-Pugh ha ido evolucionado con constantes modificaciones y puestas a punto para defender una merecida fama de máximo aspirante al triunfo. Sus rivales serán el Comanche de Jim Cooney y Samantha Grant (el barco más rápido de la historia en completar el recorrido, con una marca de 1 día, 9 horas, 15 minutos y 24 segundos, establecida en 2017); el Black Jack de Peter Harburg; el InfoTrack de Christian Beck (ganador en 2016 como Perpetual Loyal); y el SHK Scallywag del hongkonés Seng Huang Lee. Las tripulaciones de estos cinco colosos constituyen todo un muestrario de los máximos expertos en navegación oceánica del mundo, los únicos que pueden extraer el máximo rendimiento de estas máquinas de competición dotadas de los últimos avances en ingeniería naval.

El número de aspirantes se multiplica cuando se trata de la victoria absoluta. La Tattersall Cup premia al ganador en compensado bajo fórmula IRC, una liga en la que literalmente juegan todos y que a priori no sabe de favoritos. Sí está asegurada la participación de una decena de equipos que ya saben lo que es ganar la Rolex Sydney Hobart, incluyendo al defensor del título, el Reichel Pugh 66 Alive armado por Philip Turner y patroneado por Duncan Hine. Tampoco faltarán los TP52 Ichi Ban (ganador en 2017) y Quest (ganador como Balance en 2015), el Cookson 50 Oskana (ganador como Victoire en 2013), el Sparkman & Stephens 47 Love & War (1974, 1978 y 2006) y el propio Wild Oats XI (2005 y 2012). Entre los debutantes destaca el Beneteau 47.7 Tribal Warrior, el primer barco de tripulación íntegramente formada por aborígenes australianos en la historia del evento. Este año, a la flota local se unen participantes provenientes de China, Estados Unidos, Francia, Hong Kong, Hungría, Irlanda, Polonia y Reino Unido.

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