Las desgracias como la ocurrida la semana pasada en Valencia sirven para que nos concienciemos de que no somos nada, y que la vida te puede cambiar en un segundos. De tenerlo todo, a no tener nada en un abrir y cerrar de ojos.
Lo que se está viviendo estos días en el otro lado del río Turia es un horror, por no hablar de los centenares de fallecidos y desaparecidos. Es por ello que parte de la sociedad no ha sido ajena a todo ello.