El Juan Sebastián de Elcano ya descansa en sus aposentos en su casa en la Base Naval de la Carraca. Y lo hace justo cuando se cumplen 500 años de aquella primera vuelta al mundo que protagonizó precisamente el marino de Getaria que le da nombre al barco insignia de la Armada Española.
Recibo una invitación para asistir a una ceremonia privada de recepción de dos medias botas de vino de Jerez que han sido mareadas en el último crucero de instrucción que ha durado cinco meses por aguas mediterráneas y atlánticas. Allí nos recibe el oficial de guardia encargado de recibir a los invitados, curiosamente tocayo mío, y donde José Argudo, Brand Manager de Tío Pepe me lo presenta nada más acceder por la escalerilla a la cubierta del buque donde nos presenta “de Jaime Soler a Jaume Soler”; le conocía de referencias, ya que es un habitual en los barcos de la Comisión Naval de Regatas de Cádiz, con lo que siempre es una buena bienvenida, aunque no deja de ser una curiosidad más.