El viento se hizo de rogar en la segunda jornada de la finalísima de la Louis Vuitton Cup. Con más de dos horas de retraso se pudo dar inicio a la competición cuando apenas llegaba a los seis nudos y aunque llegó en algún momento a los nueve, al final acabaría siendo un espejismo, ya que una vez se dio la salida y se había superado más de la mitad del match con INEOS Britannia liderando sobre Luna Rossa, cayó de tal manera que se superaría el tiempo límite, alineándose de lado de los italianos que tenían perdida la contienda.
Esto acabó provocando que los tifosi italianos situados en la FanZone en la Plaza del Mar de la Barcelona celebraron como si de una victoria se trataran la anulación del match entre INEOS Britannia y Luna Rossa Prada Pirelli después de que se superar el tiempo límite de 45 minutos y ninguno de los dos barcos cruzara la línea de llegada. Los británicos lo tuvieron cerca y cuando les quedaba un tramo y medio para el final, dejaron de volar y se acabó la historia.
Y esto que hubo regata y emoción mientras sopló una suave brisa que llegaría a los 9 nudos de intensidad en la costa barcelonesa. El viento del sureste no llegó a la categoría de térmico, habría que tener rolado a Garbí (suroeste) y aprovechar la subida de la temperatura, pero no fue posible.
Mejor salida británica
La regata arrancó con un INEOS Britannia que fue capaz de tomar mejor posición con una buena ventaja lateral sobre Luna Rossa Prada Pirelli al que arrinconó hasta el límite del campo de regatas, esto fue aprovechado por Ben Ainslie y Ryan Fletcher para forzar al máximo y virar delante de los italianos y coger ventaja en el primer tramo y primer paso por barlovento con una ventaja de 19 segundos, pero que fue neutralizada rápidamente en la primera empopada para igualar la contienda y atrapar a los americanos. Se preveía una regata igualada y en este inicio no defraudaron.
A partir de ahí empezó un intercambio de golpes y posiciones, donde no había un líder claro, hasta que el Luna Rossa estuvo aun tris de perder por primera vez el vuelo, hecho que los británicos aprovecharon para ganar doscientos metros de ventaja y dejar en 15 segundos su ventaja y hacerla más grande la ceñida superando en más de 400 metros, con lo que se le empezaba a poner la cosa muy bien para los británicos que mandaban con 1:28 en el segundo paso por la puerta de barlovento.
Los británicos fueron capaces de abrir una nueva brecha y superar en un kilómetro a Luna Rossa Prada Pirelli, pasando a 1:30 una vez se había reducido el tramo de empopada. Y cuando parecía que todo el pescado estaba vencido en favor de los ingleses, cayeron en un pozo de viento, casi dejaron de volar y los de Jimmy Spithill y Francesco Bruni se acaron a cerca de 200 metros, con lo que volvía a revivir la regata, hasta que el el barco italiano cayó, dejó de volar y al poco tiempo eran los británicos los que perdían también el vuelo tras una virada.
Barcos ‘normales’
De repente los dos AC75 se convertían en barcos voladores a ‘normales’, flotando sobre el agua, incapaces de levantar el vuelo y con un tramo de importante de la ceñida y la popa entera por delante. El que consiguiera primero levantar el vuelo volvería a tomar ventaja, pero fue imposible. Barcos que minutos antes habían navegado a 30 nudos pasaban a navegar a 6, el tiempo iba pasando y el cronómetro inició su cuenta atrás, hasta que se puso a cero y la prueba quedaba definitivamente anulada.
Este domingo se arrancará de nuevo con la tercera de las trece pruebas previstas en esta final de la Louis Vuitton Cup. El equipo que sume siete victorias será quién desafíe a Emirates Team New Zeland, pero para esto aún queda un mundo por delante.